31 de diciembre de 2009

Un año provechoso


Por Hugo Jara Goldenberg

Al finalizar el 2009, está concluyendo también el Año Internacional de la Astronomía (AIA 2009), designado por las Naciones Unidas para conmemorar los 400 años de las primeras observaciones astronómicas con telescopio hechas por el físico, matemático, astrónomo y filósofo italiano Galileo Galilei (1564–1642). En el marco de esta celebración, en todo el mundo se desarrollaron múltiples actividades orientadas a llevar al ciudadano común el conocimiento del Universo. En nuestro país todas los eventos oficiales del AIA fueron coordinados por el nodo chileno (http://www.astronomia2009.cl/). Al recorrer dicho sitio se pueden observar la gran cantidad de conferencias, congresos, exposiciones y jornadas de observación, entre muchas otras actividades realizadas a lo largo y ancho del país.

Por supuesto que nuestra Región no estuvo ajena a ese quehacer, y también hubo aquí una serie de actividades y eventos de divulgación, destacándose la semana nacional de ciencia, celebrada durante a primera semana de octubre con el patrocinio de CONICYT. En dicha oportunidad, colegios de diferentes comunas trabajaron con el concepto de distancias en el Universo, y para ello representaron al Sol y los ocho planetas de nuestro Sistema Solar. Así, en la Plaza de Armas de Concepción se instaló una réplica del Sol de 60 metros de diámetro, y en otras ciudades ubicadas a distancias proporcionales, se representaron a los ocho integrantes de nuestro sistema planetario.

Con respecto a mi participación en estos eventos, no puedo sino reconocer que fue un año ajetreado. Las actividades se sucedieron a un ritmo vertiginoso. Fueron en total cuarenta y una charlas, ofrecidas en colegios, bibliotecas, museos y universidades, tratando en ellas temas tan variados como “Historia de la Astronomía”, “Nuevo orden el Sistema Solar”, “Evolución Estelar”, “Búsqueda de Planetas Extrasolares”, “Exbiología” y “La conquista del Espacio”. También dicté dos asignaturas en un Instituto profesional (repetidas en cada semestre, y con la asistencia total de 150 alumnos). Además, desde agosto asesoré a un grupo de profesores en la formación de un taller de astronomía en colegios públicos de la Municipalidad de Hualpén. Y por último se deben destacar las innumerables visitas al Observatorio Astronómico Antares, de delegaciones de colegios y liceos, en donde muchos niños y jóvenes tuvieron la oportunidad de observar (y maravillarse) por primera vez con las inmensidad del Cosmos.

Aunque que el AIA 2009, ya es parte del pasado, es claro que su legado permanecerá en el tiempo, y no puede ser de otra manera ya que muchas de sus propuestas e iniciativas fueron pensadas como semillas estratégicamente plantadas, para germinar en la forma de una renovada “cultura astronómica” que permita cumplir así con uno de los objetivos centrales que se plantearon los organizadores de este magno evento, y que no era otro “que lograr que todos los miembros de la sociedad chilena puedan conocer y valorar la astronomía y sus ciencias hermanas, e inspirarse con las maravillas del universo, reconociendo que la calidad de nuestros cielos nos hace un país astronómico por excelencia”.

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