13 de mayo de 2011

El cambio de hora y el invierno verdadero

Por Hugo Jara Goldenberg

El pasado sábado 7 de mayo comenzó a regir en el territorio de Chile el horario de invierno, postergado desde el mes de marzo para ahorrar energía eléctrica, y así ayudar a enfrentar a la  sequía que afecta al país. Dada esta situación de emergencia energética la autoridad decidió que, durante el presente año, el horario de invierno regirá entre el segundo sábado de mayo y el tercer sábado de agosto. En un año normal dicho horario invernal va entre los meses de marzo y octubre.

Esta decisión, tomada por un grupo de expertos, se basó en el hecho de que es durante estos tres meses (mayo-junio-julio), cuando trascurre la época más fría del año, con menos horas de luz, y con los rayos solares cayendo sobre la superficie terrestre con mayor oblicuidad (inclinación). Y parece obvio que aquel periodo del año con menos luz solar y más frío debería corresponder al verdadero invierno.

Lo interesante de esta situación, es que confirma un hecho ya conocido desde la antigüedad por quienes han observado regularmente los ciclos de la naturaleza. Y es que el inicio de las Estaciones del año en las fechas establecidas en el calendario civil, no se corresponden con las Estaciones Verdaderas (o astronómicas). En efecto, así como el Invierno Verdadero en nuestro Hemisferio, confirmado por los expertos convocados por el gobierno, ocurre entre principios de mayo y principios de agosto, el Verano Verdadero ocurre entre los primeros días de noviembre y los primeros días de febrero. Ya que es en este periodo cuando los días son más largos y los rayos solares caen con la menor oblicuidad (más verticales), y en consecuencia es la época más calurosa del año.

Esto lo podemos confirmar nosotros mismos, basta con recordar  por ejemplo, lo calurosos y largos que son los días a inicios de diciembre cuando aún estamos en primavera, y lo fríos, y ya notoriamente más cortos, que son aquellos en la segunda semana de febrero, cuando se supone que todavía estamos en verano. Incluso es  común escuchar a los turistas decir “ya se fue el verano”, lo cual de acuerdo a lo antes señalado es cierto, puesto que a mediados de febrero nos encontramos ya en el Otoño Verdadero.

Cuando comparamos el inicio de las Estaciones Civiles (establecidas en los calendarios) con las Estaciones Verdaderas, vemos que las primeras corresponden a la culminación (el máximo) de las segundas. Es decir, cuando decimos que el 21 de junio empieza el invierno, en realidad cerca de esa fecha se produce el día más corto del año, y es justo la mitad del invierno. Una situación similar se produce en las otras Estaciones. Así, el 21 de diciembre cuando estamos cerca del día más largo del año, corresponde precisamente a la mitad del verano.

Esta situación la conocían muy bien los pueblos antiguos, que llevaban a cabo celebraciones en las fechas de  inicio de las estaciones. Por ejemplo los Celtas realizaban, a principios de noviembre (cuando se inicia el Invierno Verdadero en el hemisferio norte), rituales para espantar a los demonios y malos espíritus que llegaban para acosarlos con el frio y la escasez de alimentos. Esa celebración milenaria aún perdura, claro que con un sentido muy distinto al original, e incluso se ha importado desde Europa a nuestra cultura (festividad de Halloween).

Pero tenemos un ejemplo más cercano. El pueblo mapuche tenía en su calendario cuatro Estaciones, las cuales se iniciaban en las fechas que corresponden a las Estaciones Verdaderas o astronómicas ya señaladas. El investigador de la cultura mapuche Armando Marileo Lefui, señala que el tiempo de las grandes lluvias (invierno) comenzaba en el mes de mayo y concluía a fines de julio. Luego venía el tiempo de los brotes (primavera) que se iniciaba en agosto y terminaba al llegar noviembre. A continuación, le sucedía el tiempo de las frutas en abundancia (verano) que iba desde el inicio de noviembre hasta finalizar enero.  Y por último llegaba el turno del tiempo del descanso de la naturaleza (otoño) que abarcaba los meses de febrero, marzo y abril.
 
Como vemos, muchas de las convenciones establecidas por nuestra civilización para establecer la duración del tiempo, no se corresponden con la realidad. Sin embargo los pueblos antiguos, debido a la observación constante de los ciclos naturales, sí los conocían y aplicaban muy bien, esto a pesar de carecer de los conocimientos científicos y avances tecnológicos que caracterizan a nuestra época.

Para quienes quieran conocer más detalles acerca de las Estaciones Verdaderas, se recomienda consultar el libro "Guia a los cielos australes" del escritor y divulgador científico Jorge Ianiszewski (Editorial Mitra, 2010) 

3 comentarios:

John Salazar C. dijo...

Ya me parecía que había un desface. Interesante artículo.

Recambios Benelli dijo...

Esta interesante lo del blog lo estaré mirando Esta información es muy valiosa gracias y sigan publicando

la costarricense, la capitana. dijo...

miro todo desde CR--desde el 92 el sol se inclinó más --amenazó con poner la tierra de polo al sol....hoy día hace 19 años que la tierra se inclinó más y se quedó así---en mi país se siente poco el cambio pero hay muchos a simple vista---me gustó leer sobre eso...soy una seguidora del cambio....