11 de febrero de 2007

¿Dónde está el piloto?

"Pasajero de avión: ¡Bienvenido a bordo!" es un libro ameno y de fácil lectura, en el que - por estos días de tantos vuelos vacacionales - podemos comprender numerosos aspectos de los viajes aéreos que nos resultan misteriosos, desde la personalidad de la tripulación hasta el modo de elegir los asientos

Por Hugo Jara Goldenberg



Publicado en el diario El Sur, el 11 de febrero de 2007.
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El dominio del arte del vuelo significó poder cumplir un sueño largamente acariciado por la especie humana. Desde que el hombre fue consciente de sí mismo, sin duda que observó los cielos, y en ellos no sólo encontró un lugar en donde plasmar su espiritualidad, sino que también despertó en su imaginación el afán de imitar el vuelo de las aves. Son abundantes los ejemplos de mitos y leyendas que hablan de este anhelo, que durante milenios embriagó la imaginación de los seres humanos. Como muestra, basta mencionar al más conocido de todos, la tragedia de Ícaro, el joven griego que desoyendo el consejo de su padre, pretende alcanzar el Sol. Pero el calor derrite sus alas pegadas con cera, y muere al precipitarse en las aguas del mar egeo.

Aunque, ya en pleno siglo XXI, la aviación está consolidada como uno de los medios de transporte más importantes, una gran parte de la población jamás ha volado. Por lo tanto el deseo de alcanzar la libertad del vuelo, continúa manifestándose en el consciente colectivo como ese sueño ancestral del que ya hemos hablado. Pero aquí se da una situación paradójica: aunque el volar constituye una de los anhelos humanos más acariciados, es al mismo tiempo, para muchas personas, una experiencia desagradable. Me atrevería a decir que pocos pasajeros de avión pueden escapar a una inevitable, aunque generalmente lejana, sensación de temor. Y aunque la mayoría de los viajeros reacciona a este miedo oculto con una aparente calma y dominio de la situación, otros lo reflejan con manifestaciones que pueden llegar al pánico. Esto a pesar de que las estadísticas nos aseguran que el avión es lejos el medio de transporte más seguro, pero de poco sirven los fríos números cuando vienen a la memoria los recuerdos de trágicos accidentes aéreos.

Reglamentos, leyes, convenciones

No obstante que a diario nos vemos enfrentados a eventos, en los que nuestra vida depende de otros, ninguna de esas experiencias se compara con la sensación de entrega que significa el acomodarse en un asiento de avión, ajustar el cinturón de seguridad y con las manos tensas, afirmadas sobre los apoyabrazos, sentir la aceleración de los motores. Ya en el aire, junto con disfrutar de las comodidades del vuelo, el ser humano manifiesta toda su fragilidad. La existencia misma depende de la habilidad de los tripulantes y de la precisión de la máquina, cualquier error o falla puede desencadenar una tragedia, y esto lo sabe muy bien los cientos de miles de pasajeros que a diario surcan los cielos del mundo.

El fenómeno de la globalización, que envuelve a toda la sociedad del siglo XXI, exige imperiosamente acortar las distancias. En este escenario, la industria aérea crece sostenidamente lo que se traduce en que cada día más personas acceden a este medio de transporte. Pero resulta curioso que la mayoría de los pasajeros de avión desconocen mucha de la información que rodean a esta actividad. Así, resultan un verdadero misterio aspectos relacionados con los reglamentos, las leyes, las convenciones internacionales, y por supuesto los aspectos técnicos y las leyes físicas que explican cómo puede desplazarse por el aire un objeto que pesa miles de toneladas.

Hay quienes sostienen que es este desconocimiento el responsable, en gran parte, del temor irracional que muchos sienten al volar. Al menos es lo que piensan los periodistas Hernán Soza y Patricia Rabié, quienes en un intento por remediar esta situación, han publicado el libro “Pasajero de avión: ¡Bienvenido a bordo!” (Editorial Armonía).

Los autores se propusieron investigar y divulgar los aspectos más relevantes que envuelven a la actividad aérea. Y para develar estos secretos se dieron a la tarea de entrevistar a pilotos, personal de aeropuertos, controladores de tránsito aéreo, ingenieros aeronáuticos, mecánicos de aviación y un sinnúmero de otros profesionales, que con su conocimiento y profesionalismo permiten que los enormes aviones puedan desplazarse con toda seguridad por los cielos.

Recorriendo las páginas del libro, podremos conocer de temas tan diversos como los aspectos a considerar en la preparación de las maletas, la interpretación de los códigos de los boletos, cómo elegir los asientos más cómodos en la clase económica, la forma como se identifican los asientos y la manera correcta de tratar con el personal de cabina También se repasan los aspectos fisiológicos del vuelo y toda la legislación que regula los derechos y deberes de los pasajeros. En otro apartado conoceremos qué clase de individuos son los pilotos, personajes a quienes no conocemos y probablemente jamás veremos personalmente, pero en cuyas manos no dudamos en poner nuestras vidas.

El objetivo de los autores se cumple plenamente, ya que después de la lectura de su libro, escrito de manera amena e informal, nuestro comportamiento como pasajeros debería ser más racional. Y posiblemente este mayor conocimiento también nos permitirá disfrutar planamente de una forma de viajar que durante milenios no fue más que una quimera inalcanzable, pero que nosotros podemos, a diario, hacer realidad.

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