3 de diciembre de 2006

El asesinato de nuestro entorno natural (3 diciembre 2006)

El ser humano es una criatura compleja y contradictoria, qué duda cabe. Aunque está dotada del don de la inteligencia y por lo mismo se sitúa en un nivel superior al resto de los animales; a diferencia de éstos, no se cansa de tropezar una y otra vez con la misma piedra.

Por Hugo Jara Goldenberg

Publicado en el diario El Sur, el 3 de diciembre de 2006.

En una actitud que hace dudar de su racionalidad e inteligencia, el Hombre permanentemente ejecuta actos que van en contra de su propio bienestar. Una de las manifestaciones más dramáticas de ese actuar errático, es el deterioro al que somete a la naturaleza. La intervención y depredación de que es víctima el entorno natural, ha generando una situación que se está escapando de todo control y amenaza, incluso, la supervivencia de la humanidad.

A diario somos testigos, y aunque nos cueste reconocerlo muchas veces también participantes activos, del inexorable proceso de degradación que está alterando de manera irreversible al medio ambiente, y que provoca la extinción de miles de especies.

Cada vez se escuchan con más fuerza las voces de alarma que llaman a remediar esta situación. Pero esas advertencias no son consideradas, y en aras del progreso no se duda en destruir grandes extensiones de zonas silvestres, ricas en biodiversidad. Una gran cantidad de especies, muchas de ellas endémicas, son condenadas a la desaparición, a veces aún sin haber sido descubiertas. Aunque claro, tranquilizamos nuestra conciencia colectiva con eufemismos como “estudios de impacto ambiental” o “desarrollo sustentable”, los cuales finalmente justifican todas las intervenciones en el medio ambiente.

Aunque no lo parezca, muchas de las llamadas de alerta surgen del mundo de la ciencia y la tecnología, lo cual para algunos puede resultar paradójico, ya que es a ese sector al que se suele considerar como uno de los principales responsables de la crisis. Conferencias, foros de discusión, y abundante literatura, que surgen de centros de investigación alrededor del mundo, nos recuerdan la importancia y urgencia de este candente tema. En este contexto se ha publicado el libro “Ecocidio, breve historia de la extinción en masa de las especies” (Editorial Laetoli, S.L.) de Franz J. Broswimmer, quien es un sociólogo, que trabaja en el Centro de Investigación sobre la Globalización de la Universidad de Hawai.

Obligatorio para políticos y empresarios

Lo primero que hace el autor es explicar el concepto de “ecocidio”, y lo define como la acción humana que provoca la muerte de los ecosistemas. A continuación, en una sentida introducción se hace ver que la dramática realidad que estamos viviendo, no es un fenómeno reciente. Nos enteramos que estas prácticas predatorias se remontan a la prehistoria, cuando nuestros antepasados ya atentaban contra la biodiversidad, al quemar grandes extensiones de bosques y exterminar muchas especies de animales.

El aumento exponencial de la población mundial, que se traduce en una creciente presión por el acceso a fuentes de alimentos, agua dulce y energía; y los cambios en el clima provocados por el calentamiento global, han acelerado el problema y están provocando la desaparición de amplios hábitats y ocasionando la extinción masiva de especies.

Es tan dramático la situación, que el autor sugiere que en los noticieros diarios de la televisión se debería incluir un reporte ecológico, el cual podría ser una nota como la siguiente: “Hoy también se han extinguido una 100 especies de animales y vegetales y han desaparecido otras 50.000 hectáreas de selvas tropicales; los desiertos han avanzado 20.000 hectáreas; la economía mundial ha consumido el equivalente a 22 millones de toneladas de petróleo y, por tanto, durante estas 24 horas hemos liberado a la atmósfera otros 100 millones de toneladas de gases de efecto invernadero…”.

Lo interesante de esta obra, es el enfoque multidisciplinario con el cual se analiza el proceso histórico que ha llevado a esta encrucijada planetaria. De manera muy convincente el autor nos demuestra que la crisis por la que atraviesa nuestra civilización va más allá del problema ecológico. En un proceso sinergético, el drama del medio ambiente se entreteje y potencia con una serie de otras características de la vida moderna, como la violencia creciente entre los individuos, el aumento de la delincuencia, la aplicación de modelos económicos inhumanos, nuevas formas de imperialismo y muchas otras que conforman una realidad mundial que deja poco espacio para la esperanza.

El libro, que surgió de los estudios que el autor realizó para obtener su doctorado, ha tenido un impacto inmediato en los medios científicos y educativos. Ya es texto de lectura obligatoria en muchos programas lectivos en importantes universidades, y muchos sugieren que debería serlo también para los políticos y empresarios de todo el mundo.

La lectura reposada de esta obra, invita a una reflexión profunda acerca de la naturaleza humana y su hogar cósmico. La Tierra es el único lugar en el Universo en donde sabemos que ha surgido la vida, y de ella evolucionar seres inteligentes que tienen el don de observarse a sí mismos y de maravillarse con los misterios de la creación. ¿Somos tan irracionales como para permitir que este mundo único e irrepetible se acabe? Por supuesto que no y debemos demostrar nuestro intelecto y sensibilidad asumiendo la responsabilidad que nos asiste en revertir esta difícil situación y permitir, en definitiva, la sobrevivencia de nuestra propia especie. Estamos cerca del punto de no retorno, pero aún hay tiempo.

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