24 de marzo de 2011

Cincuenta años del Hombre en el Espacio


Yuri Gagarin

“El planeta (la Tierra) es la cuna de la inteligencia, pero no se puede vivir eternamente en la cuna”
K. Tsiolkovsky

Por Hugo Jara Goldenberg
 

Este artículo fue publicado en el Boletín ACHAYA mayo-junio de 2011, de la Asociación Chilena de Astronomía y Astronáutica.

Oficialmente se considera que la Era Espacial comenzó el 4 de octubre de 1957, cuando la ex Unión Soviética puso en órbita en torno a la Tierra al Sputnik I. Aquel fue un acontecimiento que remeció a la humanidad toda, y enmarcada en el contexto de la Guerra Fría, significó un golpe de imagen importante para los rusos, al tiempo que hirió profundamente el orgullo de los estadounidenses, quienes solo después de un par de meses lograron reponerse con el lanzamiento del satélite Explorer I.

Aunque las autoridades políticas y militares rusas no estaban originalmente interesadas en los viajes espaciales, y sólo veían a los cohetes como un medio para bombardear al enemigo, cuando se dieron cuenta del potencial propagandístico que estos viajes representaban, actuaron rápido. Así, aprovechando el desarrollo con fines militares del cohete R7 (que era capaz de llevar a miles de kilómetros de distancia una carga nuclear de varias toneladas de peso), pudieron poner en órbita al primer satélite artificial de la historia, ganándole el juego a sus archirivales americanos.

A partir de ese hito en la historia de la humanidad, ambas potencias se esmeraron en el siguiente paso, que consistía en llevar a un ser humano al Espacio. Sin embargo esa no resultó ser una tarea sencilla y debieron transcurrir varios años antes de lograr ese objetivo.

Para llevar a una persona al Espacio y traerlo de vuelta, sano y salvo, a la Tierra, no bastaba solo con disponer de un vehículo de lanzamiento con la capacidad de carga adecuada, también era necesario desarrollar tecnologías para proteger a los tripulantes de las duras condiciones de la salida y reentrada a la atmósfera (altas aceleraciones y temperaturas). Después de muchas pruebas, y experimentando con animales, el 12 de abril de 1961, es lanzado desde Baikonur (actual República de Kazajiztán), el cosmonauta Yuri Gagarin, cumplimiendo de esta forma un sueño largamente acariciado por la especie humana, y permitiéndole a los rusos humillar una vez más a sus enconados rivales.

Detalles del vuelo.

En cuanto las autoridades políticas soviéticas tomaron la decisión de enviar a un hombre al Espacio, en el año 1959 se organizó un equipo encargado de la selección de los aspirantes. Después de un exigente proceso se conformó un grupo final de 6 candidatos los que fueron preparados en el recién creado Centro de Entrenamiento de Cosmonautas. De entre aquellos postulantes se destacaban, por sus capacidades intelectuales, psicológicas y físicas, los jóvenes pilotos Yuri Gagarin y Gherman Titov. En la decisión final de quien sería el primero en ir al Espacio primaron consideraciones de tipo político y se eligió a Gagarin ya que calzaba mejor con el perfil del ciudadano soviético, al ser un ex trabajador metalúrgico y pertenecer a una familia representante del proletariado (Titov en tanto provenía de una familia de clase más acomodada).

En la madrugada del 12 de abril de 1961, Gagarin y Titov fueron vestidos con sus trajes espaciales (Titov actuaba como cosmonauta de reserva ante cualquier eventualidad) y se dirigieron al lugar de lanzamiento en un autobús. Después de una breve ceremonia Gagarin abordó la nave Vostok I, la cual tenía forma esférica con un diámetro de 2.3 mt. Como se desconocía el comportamiento del cuerpo humano en condiciones de ausencia de peso la cápsula era totalmente automática, aunque el tripulante podía activar una opción de control manual en caso de ser necesario.

El vuelo se desarrolló según lo planificado y después de un despegue perfecto el poderoso cohete R7 puso en órbita a la Vostok I. La misión consistía en realizar una órbita en torno a la Tierra, con una duración total de alrededor de una hora y media. Una vez completada la vuelta alrededor del planeta, los ingenieros del control terrestre iniciaron las maniobras para el regreso. Se activaron los retrocohetes que hicieron que la nave disminuyera su velocidad y comenzara a perder altitud, iniciando el reingreso a la atmósfera. Aquella fue una maniobra en extremo peligrosa ya que implicaba desacelerar gradualmente desde una velocidad orbital de 27000 km/h y enfrentar el creciente roce con las capas cada vez más densas de la atmósfera, alcanzando temperaturas de varios miles de grados celcius. Al llegar a la cota de los 7 km de altura, Gagarin se eyectó de la cápsula y alcanzó tierra en paracaídas. Aterrizó en Taitarova (Siberia) ante la mirada atónita de una campesina que no entendía quien era a aquel extraño personaje que había caído del cielo.

Después del histórico vuelo, Yuri Gagarin se transformó en una celebridad y su imagen fue muy bien manejada por el régimen comunista, pero con un gran costo personal para el cosmonauta. Tuvo problemas familiares y por un tiempo cayó en el alcoholismo. El día 27 de marzo de 1968, a la edad de 34 años falleció en un accidente mientras volaba, acompañado de un instructor, en un avión Caza Mig-15. Como héroe de la Unión Soviética, sus restos descansan en las paredes de Kremlin, en la Plaza Roja de Moscú y su nombre, al mismo nivel de grandes exploradores del pasado como Colón o Magallanes, está grabado en la historia como el primer Hombre en viajar al Espacio, abriendo el camino a una de las aventuras más trascendentales emprendidas por la especie humana.

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