5 de noviembre de 2011

El Sistema de Navegación Satelital GALILEO



Por Hugo Jara Goldenberg

Este artículo está también publicado en el DiarioW5

La Agencia Europea del Espacio (ESA) anunció el pasado 21 de octubre la puesta en órbita de los dos primeros satélites del Sistema de Navegación Galileo, los que fueron llevados al Espacio en un cohete ruso Soyuz  ST-B, que despegó sin inconvenientes desde el  cosmódromo de Kourou ubicado en la Guayana francesa. Aparentemente se trata de una noticia más de las muchas que informan del lanzamiento, ya rutinario de cohetes portadores de satélites a la saturada órbita terrestre.  Sin embargo, este no fue un lanzamiento cualquiera, sino que la partida ya definitiva de un proyecto que pretende acabar con la hegemonía del popular GPS.

El Sistema de Navegación Galileo, es la propuesta europea para implementar el concepto de Sistema Global de Navegación por Satélite (GNSS). Se trata de una tecnología que permite determinar con gran precisión las coordenadas terrestres y altitud de cualquier punto sobre la superficie de la Tierra, si se dispone de un aparato receptor que sea capaz de recibir e interpretar las señales enviadas desde el Espacio por los satélites encargados de estos servicios. Esta tecnología es cada día más popular y está disponible en una infinidad de artefactos tecnológicos, y principalmente en los teléfonos móviles de última generación, pero además apoya a una gran variedad de programas gubernamentales y ciudadanos, tales como planificación urbana, servicios de búsqueda y salvamento, defensa del medio ambiente, control de catástrofes, vigilancia de fronteras, entre muchos otros.

En forma genérica a este servicio satelital se le conoce como GPS, sin embargo, hay que aclarar que aquí estamos en presencia de una situación, que ocurre con cierta frecuencia, en la cual un producto comercial termina dando el nombre a la tecnología que utiliza. En realidad el sistema GPS es una aplicación GNSS, que fue desarrollada en EEUU como una herramienta esencialmente militar y que posteriormente se abrió para aplicaciones civiles. A pasar de  su liberación, EEUU se guarda el derecho de modificar unilateralmente la precisión de la señal,  o simplemente de cortarla. Esta incómoda dependencia tecnológica, pero también política, no es del agrado de muchos países, y usuarios en general, que ven a los servicios de posicionamiento satelital como un elemento cada día más necesaria e imprescindible en muchas tareas cotidianas.

Por tratarse de una aplicación tan sensible y estratégica Rusia desarrolló en los años 80 su propio sistema GNSS, el que se denomina GLONASS y que actualmente está plenamente operativo pero con menos capacidad que el GPS y aunque su uso es esencialmente militar, entrega señal para el mundo civil. China, en tanto también está desarrollando su propio sistema conocido como  Beidou.

La Comunidad Europea en conjunto con la ESA, acordó crear un sistema GNSS, al que se denominó Galileo, en homenaje a Galileo Galilei, el gran físico florentino del siglo XVII considerado como el padre de la ciencia moderna. Este sistema o Constelación de Satélites, constará de 30 aparatos, 27 de ellos entregando el servicio de posicionamiento y tres de reserva. A estos dos primeros aparatos lanzados recientemente se les agregarán en poco tiempo otros, esperando que para el 2015 estén en operación al menos 18 satélites, con los cuales ya será posible la utilización abierta de la señal. El sistema estará completo, es decir con los 30 satélites en el Espacio, en el 2020 y por tratarse de tecnología más moderna, la cobertura y precisión del sistema Galileo será superior al GPS americano y al GLONASS ruso.

Aunque los americanos en principio no miraron con buenos ojos al proyecto europeo, finalmente se allanaron a negociar la compatibilidad entre ambos sistemas, y a esta alianza también se incorporaron los rusos y seguramente lo harán también los chinos cuando tengan operativo el suyo. Después de todo, al trabajar en conjunto se fortalece y hace más confiable, seguro y preciso el sistema en general. Con respecto a la recepción de la señal, es necesario dejar en claro que los actuales receptores GPS no servirán en este ambiente integrado, ya que sus chips no están programados para recibir los señales en las frecuencias en que trabajará Galileo, pero los nuevos aparatos que se construyan si estarán preparados para ello, y serán capaces de interactuar indistintamente con diferentes tipos de señales GNSS.

Por último hay que señalar que el interés de las grandes potencias por desarrollar estas tecnologías satelitales sobrepasa al ámbito geopolítico y militar, también hay intereses económicos de por medio, ya que aunque las señales son abiertas y gratuitas, están los fabricantes de los más variados dispositivos que ven en esta tecnología una gran oportunidad de negocio. Además hay muchos otros servicios GNSS que serán ofrecidos comercialmente a gobiernos y grandes corporaciones, por lo que se espera que los retornos financieros involucren sumas siderales de dólares y euros, y ninguna de las grandes  potencias económicas se quiere quedar afuera de este meganegocio.

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