31 de diciembre de 2010

La mejor noticia del año

Imagen ESO
Por Hugo Jara Goldenberg

Sin lugar a dudas que la noticia “astronómica” más importante del año 2010 para Chile, fue la decisión de instalar en nuestro territorio, al que será el Observatorio Astronómico más grande del mundo. La Organización Europea para la Investigación Astronómica en el Hemisferio Sur (ESO) lo construirá en el Cerro Armazones, una montaña de la Cordillera de la Costa, ubicada a 130 km al SE de la ciudad de Antofagasta. Se trata del primero de una nueva generación de telescopios ópticos e infrarrojos terrestres, el cual tendrá un espejo principal de 42 metros. Para hacerse una idea de las dimensiones colosales de este proyecto, basta con señalar que el domo (cúpula principal) tendrá un diámetro de 100 mt. y una altura equivalente a la de un edificio de 25 pisos. El costo total bordeará los mil millones de Euros.

El avance en la tecnología de telescopios ha sido impresionante, y si hace una década producía admiración la puesta en operación del complejo astronómico de Paranal (con cuatro telescopios de 8,2 mt), ahora ha llegado el turno de los telescopios extra grandes, como el que acaba de ser anunciado, y oficialmente bautizado con el nombre de European Extremely Large Telescope E-ELT (Telescopio Europeo Extremadamente Grande).

Con esta decisión comienza a concretarse un proyecto largamente acariciado por la comunidad astronómica europea (e internacional), y cuya construcción y entrada en operaciones permitirá ingresar a una nueva era en el estudio de los cielos, dado los tipos de fenómenos que será posible observar y la cantidad de información que se generará.

Con este telescopio será posible estudiar objetos y fenómenos estelares cuya comprensión constituyen uno de los mayores desafíos de la astronomía y astrofísica del siglo XXI. Por ejemplo se podrán identificar visualmente exoplanetas de tipo terrestre, cuerpos estelares similares a la Tierra, que orbitan alrededor de otras estrellas, en los cuales puede haber surgido y evolucionado la vida, tal como ocurrió aquí, en nuestro planeta. También se podrán estudiar con gran precisión las propiedades del Universo en momentos muy cercanos a su creación (primeras estrellas y galaxias), lo que permitirá poner a prueba los modelos cosmológicos vigentes. Y quizás, si con él se pueda finalmente resolver el misterio de la Materia Oscura y la Energía Oscura, esta última responsable de la expansión acelerada del Universo.

Desde un punto de vista tecnológico, los desafíos son enormes, no solo en lo referido al telescopio (el espejo principal de 42 mt estará conformado por 984 segmentos hexagonales de 1,4 mt de diámetro), sino también a todos los otros avanzados elementos ópticos auxiliares que darán vida a este complejo instrumento, cuya precisión será cientos de veces mayor a todo lo conocido. Con respecto al enorme domo que lo albergará, éste deberá ser diseñado y construido para permitir la operación milimétrica de este “monstruo”, lo que implicará un reto mayor de ingeniería. Según lo planificado, la construcción comenzará el 2011 y estará totalmente operativo a comienzos de la próxima década.

Ventajas para Chile

La elección final no fue fácil. Después de examinar varios lugares especialmente escogidos que, a juzgar por la comisión técnica encargada de la elección del mejor sitio, cumplían con las estrictas condiciones exigidas, solo quedaron dos candidatos: La Palma en las Islas Canarias y Cerro Armazones en Chile. Considerando que España es miembro de ESO, es de imaginar el intenso lobby realizado desde la península ibérica, pero finalmente prevalecieron los criterios técnicos, y se eligió el mejor lugar para su emplazamiento. No en vano el desierto del norte de Chile posee los mejores cielos del mundo para la astronomía de alto nivel. En particular el Cerro Armazones, con una elevación de 3064 mt, tiene como promedio 350 noches despejadas al año y uno de los cielos más secos del planeta, condición necesaria no solo para optimizar las observaciones ópticas, sino también para facilitar el trabajo en el infrarrojo cercano y mediano. Además la ESO consideró como factor importante en la decisión, la existencia en la zona (a solo 20 km de distancia del Cerro Armazones) del Observatorio de Paranal, el otro gran complejo astronómico europeo, lo que generará una interesante sinergia, en las tareas de investigación.

Las implicancias científicas, pero también sociales y económicas, que tendrá la materialización de este magaproyecto son enormes, y es de esperar que como país las sepamos aprovechar. La construcción misma, el desarrollo de nuevas tecnologías, la necesidad de científicos chilenos (que puedan ocupar el 10% del tiempo de observación reservado para ellos) y de ingenieros y técnicos de las más variadas disciplinas constituyen una oportunidad que no se puede desaprovechar. Por todo lo anterior, se entiende por qué ésta fue la mejor noticia (científica) del año para Chile.

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