15 de abril de 2007

Otra de Colón

La historia es pletórica de personajes y circunstancias a los que el tiempo ha cubierto con un oscuro manto de incertidumbre. Muchos historiadores, en su intento por arrojar luz sobre estas incógnitas, se arriesgan con interpretaciones que a veces parecen desafiar al sentido común.

Por Hugo Jara Goldenberg

Publicado en el diario El Sur, el 15 de abril de 2007
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El año 2006, se cumplieron quinientos años de la muerte de Cristóbal Colón, y la efemérides se celebró en todo el mundo con conferencias, simposios, foros y, por supuesto, la publicación de muchos libros. Son innumerables los autores que aprovecharon la ocasión para analizar la figura del almirante, tratando de dilucidar, desde diferentes frentes, las muchas incógnitas que por siglos han envuelto el recuerdo del famoso navegante.

Y es que, como en pocos personajes de la historia, la mayoría de las circunstancias de la vida del descubridor de América no se conocen con certeza y continúan siendo fuente de encendidas controversias. Esta situación hace de la figura del almirante, un objeto de análisis histórico muy atractivo, no sólo para quienes estudian el pasado de la manera tradicional, sino que también para todos aquellos que se interesan en conocer e interpretar, de manera poco convencional, los supuestos misterios del ayer. De esta última vertiente se destaca el libro “Colón, el almirante sin rostro” (Editorial Edaf S.A.), del escritor e historiador Mariano F. Urresti.

La apuesta del autor es acceder a la vida de Colón a través de una biografía que él mismo califica de heterodoxa. Su objetivo es analizar los enigmas que envuelven el recuerdo del descubridor de América, pero concentrando su esfuerzo en aquellos acontecimientos que más se resisten a develar su secreto, y a los cuales busca interpretaciones que muchas veces resultan perturbadoras.

Episodios a elegir hay muchos, ya que debemos recordar que no hay aspecto de la vida de Colón que esté libre de polémica. Ya su nacionalidad es tema de debate. Aunque la versión oficial, afirma que era genovés, hay muchos investigadores que sugieren una cuna distinta. ¿Nació en Génova o en Mallorca?, o tal vez era portugués, balear, catalán o judío. Pero las interrogantes en torno al descubridor no se limitan a su lugar de nacimiento, al contrario surgen a raudales a lo largo de toda su existencia, e incluso después de muerto, su tumba es reclamada con vehemencia por dos países. Sin embargo a los sucesos que se dedica más atención en esta biografía heterodoxa, es a aquellos que están envueltos en un halo de profundo misterio, y que por siglos han dado pábulo a las más inverosímiles interpretaciones.

Tantas interrogantes

Entre las nebulosas de Colón, se destaca la incógnita acerca de la supuesta certeza que tuvo de la existencia de territorios de ultramar, antes de efectuar el viaje de descubrimiento. Con respecto a esto se especula acerca del conocimiento que pudo tener el almirante de los secretos templarios (¿acaso él mismo lo fue?), quienes en su época de máximo esplendor, entre los siglos XII y XIII, podrían haber llegado a América. O tal vez, se enteró el almirante del secreto de la ruta a occidente por boca de un náufrago a quien rescató ya moribundo. Por siglos, se han tejido historias sobre la existencia de este mítico marinero, un piloto cuyo navío fue atrapado por una violenta tormenta y después de ser arrastrado hacia el océano desconocido, arribó a tierras ignotas. Según el autor, cualquiera de estas hipótesis, o ambas, explicarían la absoluta seguridad que mostraba Colón en su empresa, y la credibilidad que despertaba entre las autoridades que escuchaban de sus planes.

También es interesante el análisis que se hace de la participación que tuvieron en la aventura del descubrimiento, los hermanos Pinzón. ¿Quiénes eran estos marineros?, ¿cuál fue su verdadera participación en la aventura?, ¿por qué a días del viaje, Martín Alonso Pinzón se dirigió a Roma, nada menos que a la Biblioteca Vaticana?, ¿fueron los antiguos documentos marineros que encontró allí, los que lo convencieron definitivamente de la factibilidad de la expedición?

Y así, a lo largo del todo el libro, las preguntas fluyen incesantes, sin dar respiro y el autor, a cada una de ellas, nos sorprende con explicaciones insospechadas. Aunque muchas de esas respuestas puedan parecer demasiado fantásticas, tantas interrogantes juntas no hacen más que confirmar que es poco lo que, con seguridad, se sabe de Cristóbal Colón, un personaje que, a pesar de ello, ocupa un sitial destacado en la historia de nuestra civilización occidental.

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