16 de octubre de 2011

La desapercibida muerte del auténtico padre de la computación moderna


Dennis Ritchie (1941-2011)

Por Hugo Jara Goldenberg
Este artículo está también publicado en el DiarioW5

El mundo de la computación e informática ha sido sacudido recientemente por la  muerte de dos personajes que contribuyeron enormemente a su desarrollo y consolidación como la tecnología predominante en la sociedad del siglo XXI.
Como siempre ocurre, ante el fallecimiento de una persona, y más aún de un personaje connotado, afloran los recuerdos y los homenajes. De la muerte de Steve Jobs se ha hablado mucho, son incontables los artículos de prensa de todos los medios que han dado cuenta de sus características personales y del importante aporte que hizo al desarrollo de la tecnología.

Sin embargo, el pasado miércoles 12 de octubre falleció también Dennis Ritchie (1941-2011), otro destacado prócer de la informática. Probablemente este nombre no diga mucho al lector común, pero su aporte a la consolidación de la tecnología informática se puede considerar como tan o más relevante que el de Jobs, ya que es el padre del Sistema Operativo Unix y del Lenguaje de programación C. Quizá si lo excesivamente técnico del trabajo de Ritchie explique en parte su desconocimiento fuera del ámbito científico, y por lo mismo su deceso apenas fue informado por los medios.
Las creaciones de Ritchie vieron la luz en una época en que la computación comenzaba a experimentar los profundos cambios que culminarían con su irrupción masiva en los hogares. En ese entonces los computadores eran máquinas de gran tamaño, muy caras, y que sólo podían adquirir las  grandes empresas y centros de investigación.  Los fabricantes de computadores tenían sus propios estándares y era muy difícil compartir datos y programas entre máquinas de diferentes marcas, situación que claramente limitaba el desarrollo de la industria.

Entre los años 1969 y 1973 Ritchie y algunos colegas, trabajando para los laboratorios Bell de AT&T. desarrollan el famoso lenguaje de programación C, y posteriormente utilizando este mismo lenguaje escriben el  Sistema Operativo UNIX. Este binomio estaba llamado a cambiar el mundo de la computación y la  informática.
El lenguaje C, gracias a su independencia del hardware, que le asegura portabilidad a una gran variedad sistemas, ganó su espacio consolidándose como una de las herramientas más populares, desplazando a lenguajes que habían reinado por décadas, incluso en la enseñanza de la programación. De este lenguaje se han derivado muchos otros, creados para tareas muy específicas y que son ampliamente usados tanto por profesionales, como por usuarios expertos. En el año 1978 publicó, en coautoría con B.W. kernighan, el libro “El lenguaje de programación C” que es ya un clásico en la historia de la computación.

Con respecto a UNIX, también se hizo muy popular por su portabilidad y sirvió de base para la creación de LINUX, un Sistema Operativo desarrollado colaborativamente por la comunidad mundial de usuarios y que es considerado el prototipo del software libre. También de UNIX desciende el popular ANDROID utilizado en dispositivos móviles.
Las coincidencias del destino quisieron que ambos personajes emprendieran el viaje final con pocos días de diferencia. De Jobs se ha dicho mucho, quizá demasiado y eso se explica por sus características personales que lo transformaron en un genio no sólo de la tecnología, sino también de los negocios y las comunicaciones. Ritchie en tanto sólo fue un reservado científico de la computación, pero que con su trabajo pionero sentó las bases teóricas que permitieron el surgimiento de aplicaciones comerciales que ayudaron a formar imperios económicos como Apple, Microsoft y otros.

Aunque las comparaciones son muchas veces injustas, y sin pretender quitarle méritos a nadie,  es claro que fue el aporte científico macizo de  Dennis Ritchie, el que facilitó en gran medida el impresionante desarrollo que ha alcanzado, en nuestros días, la industria de la computación e informática. Vaya entones hacía él, nuestro sentido homenaje.

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