5 de abril de 2015

Guía de un astronauta para vivir en la Tierra



Por Hugo Jara Goldenberg


Un extracto  de esta reseña fue publidada en el diario El Sur, el 5 de abril de 2015.

Si hay algo que caracteriza a la especie humana es el deseo de explorar y conocer nuevos territorios, después de todo fue ese afán el  que nos permitió, como especie, colonizar todo el planeta. Así en cada época histórica podemos encontrar a intrépidos aventureros que, enfrentando los riesgos más extremos,  fueron extendiendo los límites del conocimiento y el espacio vital de la humanidad. Ahora, en pleno siglo XXI, una de las nuevas  fronteras a la que nos enfrentamos es la exploración del Espacio.

Y aquí, los modernos exploradores,  émulos de Colón, Vasco de Gama, Magallanes y tantos otros, son los astronautas. Pero a estos viajeros espaciales los vemos lejanos.  Después de todo constituyen un grupo exclusivo de individuos, elegidos entre miles, y que poseen características y capacidades físicas e intelectuales muy por sobre la media del común de los mortales.  De sus hazañas sólo sabemos a través de las notas de prensa y documentales de televisión.

Sin embargo hay un astronauta que se ha destacado del resto en su afán de compartir su experiencia con el ciudadano común. Se trata Chris Hadfield, Coronel (Retirado) de la Fuerza Aérea canadiense, y el primero de su país en viajar al Espacio.

Hadfield se ha hecho conocido en las redes sociales debido a que durante su última permanencia en el Espacio, que se extendió por cinco meses, entre diciembre de 2012 y mayo de 2013, realizó una serie de videos desde la órbita de la Tierra, los cuales publicó en Youtube y recibieron millones de visitas.

Resumiendo todas sus vivencias, producto de permanecer más de 4000 horas en el Espacio, este astronauta  ha publicado un libro titulado “Guía de un astronauta para vivir en la Tierra”, Ediciones B (2014),  en el cual no sólo nos cuenta de su experiencia fuera de la Tierra, sino que también nos hace partícipes de la filosofía de vida que ha logrado desarrollar producto de la rigurosa formación a la que debió someterse para transformarse en un viajero espacial.

En un relato ameno, seremos testigos de los sueños que fraguo siendo aún un niño, cuando observó  el alunizaje de la Apollo 11 en el año 1969. Al ver a Neil Armstrong caminar en la Luna, el pequeño Chris decidió que también él sería astronauta. Pero sus posibilidades de ir al espacio eran menos que nulas, ya que no era estadounidense y su país no poseía una agencia espacial. Sin embargo no se amilanó y se preparó para esa meta tal como si sus posibilidades fueran altas. Así,  siguió los pasos lógicos para cumplir ese anhelo, por lo que primero se hizo aviador militar llegando a ser un experimentado piloto de pruebas. De esta manera, cuando Canada recibió un cupo para enviar un astronauta al Espacio, él ya estaba preparado.

Sus veinte años de experiencia como astronauta impregnan las páginas del libro. Las anécdotas, datos curiosos, experimentos científicos y la explicación de cómo las cosas cotidianas funcionan en el Espacio desfilan una tras otra.  Sin embargo, además de la aventura, el mensaje que nos  transmite el Coronel Chris Hadfiel, es que jamás debemos abandonar los sueños, pero que tampoco debemos olvidar que éstos sólo se alcanzan con esfuerzo y trabajo arduo.

 

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